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Oficio de Lecturas

    V/. -Señor, Ábreme los labios. R/ .  -Y mi boca proclamará tu alabanza. Invitatorio Salmo 94: Invitación a la alabanza divina Ant:  Pueblo del Señor, rebaño que el guía, venid, adorémosle. Aleluya. Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. -se repite la antífona Porque el Señor es un Dios grande, soberano de todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos. -se repite la antífona Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. -se repite la antífona Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras. -se repite la antífona Durante cuarenta

Santo Tomás de Aquino, presbítero y doctor de la Iglesia, memoria obligatoria

HOY LA SANTA IGLESIA CELEBRA LA MEMORIA DE SANTO TOMAS DE AQUINO, PADRE Y DOCTOR, AQUÍ PRESENTAMOS ALGUNAS DE SUS ENSEÑANZAS Santo Tomás de Aquino, presbíte De las Conferencias (Conferencia 6 sobre el Credo) ¿Era necesario que el Hijo de Dios padeciera por nosotros? Lo era, ciertamente, y por dos razones fáciles de deducir: la una, para remediar nuestros pecados; la otra, para darnos ejemplo de cómo hemos de obrar. Para remediar nuestros pecados, en efecto, porque en la pasión de Cristo encontramos el remedio contra todos los males que nos sobrevienen a causa del pecado. La segunda razón tiene también su importancia, ya que la pasión de Cristo basta para servir de guía y modelo a toda nuestra vida. Pues todo aquel que quiera llevar una vida perfecta no necesita hacer otra cosa que despreciar lo que Cristo despreció en la cruz y apetecer lo que Cristo apeteció. En la cruz hallamos el ejemplo de todas las virtudes. Si buscas un ejemplo de amor:  Nadie tiene más amor que el que da la vida

Fuera de la Iglesia no hay salvación

PADRE, esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero y a tu enviado Jesucristo"  (Jn 17,3). Con estas alentadoras palabras, Jesucristo, nuestro Señor, inaugura el nuevo sendero de la redención universal. A esta participación en la vida intratrinitaria se accede a través de la única Iglesia fundada por el mismo Señor(Mt. 16.18), según la enseñanza unánime de las Sagradas Escrituras y de los Padres. La "ecclesia" se define como la "asamblea de los bautizados", reunida en torno a su obispo y en perfecta comunión con la cabeza del colegio espiscopal, es decir del papa, que como sucesor de Pedro  tiene la responsabilidad de custodiar a todo el rebaño. Esta asamblea, que es el Cuerpo de Cristo se define por sus 4 atributos. En el símbolo de la fe(el Credo) se confiesa justo después de  la fe en la santísima Trinidad, la fe en la Iglesia "una, santa, católica y apostólica", 4 virtudes complementarias de la Iglesia, de las que no se pu

Patrística - San Basilio Magno

Patrística Tenemos depositada en nosotros una fuerza que nos capacita para amar San Basilio Magno Regla mayor, respuesta 2,1 El amor de Dios no es algo que pueda aprenderse con unas normas y preceptos. Así como nadie nos ha enseñado a gozar de la luz, a amar la vida, a querer a nuestros padres y educadores, así también, y con mayor razón, el amor de Dios no es algo que pueda enseñarse, sino que desde que empieza a existir este ser vivo que llamamos hombre es depositada en él una fuerza espiritual, a manera de semilla, que encierra en sí misma la facultad y la tendencia al amor. Esta fuerza seminal es cultivada diligentemente y nutrida sabiamente en la escuela de los divinos preceptos y así, con la ayuda de Dios, llega a su perfección. Por esto, nosotros, dándonos cuenta de vuestro deseo por llegar a esta perfección, con la ayuda de Dios y de vuestras oraciones, nos esforzaremos, en la medida en que nos lo permita la luz del Espíritu Santo, por avivar la chispa del amor divino escondida

Sagrada Escritura - Confiar en Dios solamente

  Confiar en Dios solamente Si 11,12-28 Hay quien es pobre y vagabundo, anda falto de lo necesario, pero el Señor se fija en él para hacerle bien y lo levanta del polvo, le hace levantar la cabeza, y muchos se asombran al verlo. Bien y mal, vida y muerte, pobreza y riqueza, todo viene del Señor; sabiduría, prudencia y sensatez proceden del Señor, castigo y camino recto proceden del Señor. La ignorancia y la oscuridad se crearon para los criminales, y el mal acompaña a los malvados; pero el don del Señor es para el justo, y su favor asegura el éxito. Uno se hace rico a fuerza de privaciones, y le toca esta recompensa: cuando dice: «Ahora puedo descansar, ahora comeré de mis pensiones», no sabe cuánto pasará hasta que lo deje a otro y muera. Hijo mío, cumple tu deber, ocúpate de él, envejece en tu tarea; no admires las acciones del perverso, espera en el Señor y aguarda su luz; porque está al alcance del Señor enriquecer en un instante al pobre. La bendición del Señor es la suerte del ju

Patrística - San Hipólito

  El agua y el Espíritu San Hipólito Sermón en la Santa Teofanía 2.6-8. Jesús fue a donde Juan y recibió de él el bautismo. Cosa realmente admirable. La corriente inextinguible que alegra la ciudad de Dios es lavada con un poco de agua. La fuente inalcanzable, que hace germinar la vida para todos los hombres y que nunca se agota, se sumerge en unas aguas pequeñas y temporales. El que se halla presente en todas partes y jamás se ausenta, el que es incomprensible para los ángeles y está lejos de las miradas de los hombres, se acercó al bautismo cuando él quiso. Se abrió el cielo, y vino una voz del cielo que decía: «Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto». El amado produce amor, y la luz inmaterial genera una luz inaccesible: «Este es el que se llamó hijo de José, es mi Unigénito según la esencia divina». Este es mi Hijo, el amado: aquel que pasó hambre, y dio de comer a innumerables multitudes; que trabajaba, y confortaba a los que trabajaban; que no tenía dónde reclinar su cabeza, y

¿POR QUÉ?

Señor, hoy te quiero preguntar a Ti , no a hombre alguno. ¿Por qué tu santo pueblo fiel te abandona?¿Por que hoy tu rebaño huye y se esconde de tus pastos? ¿Por qué tu pueblo prefiere otros pastores y otro redil, y no el que Tú de antemano ya has preparado? Señor, perece Tu pueblo por falta de conocimiento(Oseas 4.6) Hoy salí con este pensamiento de delante del Ti. Pero al mirar mi propia indignidad, sólo brotan palabras de agradecimiento de mis labios: Señor qué generoso has sido al alimentarme con con la Carne y la Sangre de Tu Hijo, verdadero Cordero Pascual, el que verdaderamente perdona mis pecados. Sean tu gracia y tu paz sobre mi y sobre mi familia, y sobre todos aquellos que creen en Tí, bendito y alabado seas por siempre .... Amén